Un ingeniero colombiano trabaja en el proyecto de la Nasa que busca el regreso del hombre a la Luna

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Iván Ramírez, el colombiano que trabaja en la Nasa para poner de nuevo al hombre en la luna - crédito captura de pantalla @aquijanov
/ YouTube

Hace más de cinco décadas, el mundo fue testigo de un evento que marcó la historia de la humanidad: la llegada del hombre a la Luna. Entre los millones de espectadores que siguieron la transmisión en blanco y negro, un niño colombiano de trece años, Iván Ramírez, celebraba con una copa de vino junto a su familia, según lo recuerda el ingeniero, aclarando que en la época no había críticas con respecto al consumo de alcohol en menores.

Ese momento, ocurrido el 20 de julio de 1969, no solo lo inspiró, sino que definió el rumbo de su vida. Hoy, Ramírez forma parte del equipo que trabaja en la misión Artemis, cuyo objetivo es llevar nuevamente al ser humano al satélite natural de la Tierra.

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Iván Ramírez, que actualmente es ingeniero en Boeing, desempeña un papel crucial en el desarrollo de los sistemas de propulsión de los cohetes que se utilizarán en la misión Artemis. Este programa, liderado por la Nasa, busca no solo repetir la hazaña de 1969, sino también establecer una presencia humana sostenible en la Luna como parte de los planes de exploración espacial a largo plazo.

Estudió Ingeniería Mecánica como pregrado en la Universidad Nacional de Colombia. Posteriormente, cursó dos maestrías en Estados Unidos, una en Ingeniería Aeroespacial y, seis meses después de finalizarla, otra en Astronomía, ambas en San Diego State University.

El ingeniero colombiano trabaja en la misión de la Nasa que busca poner de nuevo al hombre en la luna - crédito Universidad Sergio Arboleda

Ya como residentes en el país norteamericano, trabajó durante algunos años en el desarrollo de turbinas para aviones comerciales mientras completaba su segunda maestría y cumplía con el servicio militar.

Finalmente, decidió enfocar su carrera en la industria espacial. Actualmente, trabaja en Boeing y, aunque no se convirtió en astronauta, se siente satisfecho de formar parte de los proyectos de cohetes para la NASA, considerándolo lo más cercano que un humano puede estar a las exploraciones en el espacio.

En un diálogo con el medio Cambio, el ingeniero se refirió a los detalles de su infancia que lo llevaron a tomar la decisión de inclinarse por uno de los trabajos más demandantes.

“Siempre escogí cosas difíciles. Quise ser el primer papa no italiano los 10 años. Era devoto católico y aún soy devoto cristiano. Jugaba a ser sacerdote y a dar la comunión con unas galleticas saladas a mis hermanas. Luego me fui hacia la física nuclear porque mi papá tenía libros de ciencia. Teníamos suscripción de la revista Life, empezaron a salir artículos en color de los viajes a la Luna y empecé a soñar. Entonces, desde los 12 años, mis héroes fueron astronautas, incluso el cosmonauta Yuri Gagarin», le reveló Ramírez a Cambio.

Además, reveló que el gusto por los cohetes no llegó solo por las revistas científicas que llegaban a su puerta, sino también, siendo niño, se inclinó por juegos relacionados con astronautas y naves espaciales también.

Yo jugaba al astronauta en la casa porque un vecino del barrio donde yo crecí, en la Castellana, tenía un cohete. Con él íbamos al parque, al frente de la iglesia, a lanzarlo. El cohete tenía unos cauchos; se lanzaba, la cápsula se separaba y caía con su propio paracaídas. Yo salía corriendo a agarrarla antes de que tocara el suelo y miraba dentro a un astronauta y yo decía, ‘Yo quiero ser ese’”, recordó el ingeniero.

Su camino como ingeniero de la Nasa

Pese a que desde pequeño soñó con ser parte de las misiones espaciales como astronauta, una pequeña afección en su salud le impidió que la Nasa lo tuviera en cuenta como uno de los hombres que va a bordo de los cohetes.

En el diálogo con Cambio, el ingeniero explicó que envió la solicitud para ser astronauta varias veces, sin embargo, la primera vez fue descartado por no tener la nacionalidad americana, mientras que las otras veces fue rechazado después de haber sido sometido a un examen médico en el que arrojo que tenía la presión alta.

El colombiano presentó problemas de salud que le impidieron ser considerado por la Nasa como un astronauta - crédito captura @aquijanov/ YouTube

Pero para ese entonces, por cuestiones genéticas hereditarias, yo ya había empezado a desarrollar presión alta. Entonces, fui al médico y no fue posible controlar la presión alta sin medicamento. No se dio. Pero por lo menos yo quería saber si dentro de todo lo humanamente posible que hice (además de mi salud), ellos podían considerarme”, explicó.

Su trabajo dentro de la misión Artemis

Mi posición en la empresa es de analista de propulsión de cohetes. Mi trabajo consiste en hacer predicciones analíticas de vuelo para el sistema de alimentación de propelentes líquidos (oxígeno e hidrógeno líquidos) a los motores del cohete Space Launch System de la misión Artemis», dijo a Cambio.

El ingeniero trabaja la misión Artemis- crédito NASA

Después del vuelo, el ingeniero analiza la telemetría para confirmar que las presiones y temperaturas máximas del sistema no hayan sido excedidas y verificar la ausencia de anomalías. Su responsabilidad también incluye realizar predicciones sobre el sistema que controla el efecto “pogo” durante el vuelo.

Además, ha brindado apoyo al equipo de ingenieros encargados del sistema de drenaje durante el proceso de llenado de los tanques previo al lanzamiento del cohete.

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