Los ecuatorianos eligen entre darle un mandato completo a Noboa o devolverle el poder al correísmo

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QUITO.- Unos 14 millones de ecuatorianos votaban este domingo para elegir al próximo presidente, en un país desangrado por la violencia del narcotráfico, endeudado y dividido entre el regreso de la izquierda o la continuidad del actual mandatario Daniel Noboa.

Necesitamos “seguridad, salud, educación, todo está peor”, dijo Richard Calle, ingeniero mecánico de 44 años en Quito.

Si bien 16 candidatos se presentaron a esta carrera electoral, la mayoría de las encuestas dan como favoritos a dos candidatos opuestos: Luisa González, delfín del expresidente socialista Rafael Correa (2007-2017), acusado por corrupción y exiliado en Bélgica, y Noboa, el actual mandatario.

El presidente y candidato presidencial de Ecuador, Daniel Noboa, saluda a sus partidarios durante un mitin de campaña en Guayaquil, Ecuador, el 6 de febrero de 2025.

Los candidatos votaron temprano en sus bastiones costeros: el presidente, acompañado de su familia en el balneario de Olón y la abogada izquierdista, en Canuto.

Los ecuatorianos esperan que el próximo gobierno pueda reflotar un país en crisis económica y anegado por la guerra entre una miríada de carteles enfrentados por el botín de la cocaína.

Las campañas transcurrieron en medio de fuertes esquemas de seguridad y propuestas enfocadas en frenar la violencia, que deja una tasa de 38 homicidios por cada 100.000 habitantes.

El servicio de emergencias alertó sobre “graves denuncias de un posible atentado contra la democracia”, sin ahondar en detalles. Las fronteras están cerradas hasta el lunes, mientras unos 100.000 miembros de la fuerza pública vigilan los comicios.

Cierre de campaña de la correísta Luisa González en Guayaquil

”He tenido amenazas (…) Hay informes de inteligencia que dicen que hay riesgos, que quieren atentar contra mi vida”, dijo la candidata González.

Los ecuatorianos ejercerán el sufragio obligatorio para elegir presidente y vicepresidente de entre 16 binomios, 151 asambleístas y cinco parlamentarios andinos.

”Tenemos la fe y la esperanza de que cambie” el país, dijo Evelyn Criollo, administradora de 30 años.

En este nuevo duelo electoral entre Noboa, de 37 años, y González, de 47, ella va por la revancha y él por la reelección. Los candidatos se enfrentaron en los comicios de 2023, en los que el millonario empresario se convirtió en uno de los presidentes más jóvenes del mundo.

Esta vez, González aspira a ser la primera presidenta electa en la historia del país.

Militares son vistos en un colegio electoral durante las elecciones generales, en Cumbayá, en el este de Quito, Ecuador, el 9 de febrero de 2025.

Heredero de un magnate bananero, Noboa dio la sorpresa en 2023 cuando fue elegido pese a su escasa experiencia política. Ganó la elección para completar hasta mayo próximo el período de Guillermo Lasso, quien disolvió el Congreso y llamó a elecciones anticipadas para evitar que el Legislativo lo destituyese en un juicio político por corrupción.

Muy activo en redes sociales, Noboa se ha hecho popular como un gobernante con mano de hierro contra el narco, deportista, músico, amoroso con su familia y amante de los tatuajes.

”El Ecuador ya cambió y quiere seguir cambiando, quiere consolidar el triunfo”, dijo el mandatario.

El mandatario desplegó militares en las calles y dentro de las cárceles, así como otras medidas de seguridad en su guerra contra las organizaciones criminales en el marco del “conflicto armado interno”. Las medidas redujeron las muertes violentas en un 16% en 20204 y facilitaron la captura de importantes líderes criminales, pero este enero los homicidios se dispararon a niveles históricos con un asesinato por hora.

Daniel Noboa junto a su hijo, mostrando su papeleta electoral, en un colegio electoral de Olón, en la provincia de Santa Elena, Ecuador, el 9 de febrero de 2025.

Noboa anunció varias políticas de último momento que parecen diseñadas para atraer la atención de los votantes, incluida la ayuda económica a los inmigrantes que regresan de Estados Unidos, aranceles a las importaciones mexicanas y un acuerdo comercial con Canadá.

Su némesis, González, es una madre soltera, tatuada y cristiana con una agenda que promete más seguridad “con justicia social” y respeto a los derechos humanos.

Ellos son el miedo, nosotros la esperanza”, dijo la abogada mientras votaba.

Para González, una protegida del expresidente Rafael Correa, el crimen se debe combatir con operaciones militares y policiales permanentes, equipamiento de la fuerza pública, sanciones a jueces y fiscales supuestamente corruptos y con un plan de gasto social en las zonas más violentas del país.

Un hombre coloca su voto en una urna electoral durante las elecciones generales, en Quito, Ecuador, el 9 de febrero de 2025.

No se puede hablar de control a la violencia sin pensar en la justicia social, en construir un Ecuador de paz, no de guerra”, dijo González en su cierre de campaña el jueves en Guayaquil. “Vamos a esa transformación con cada uno de ustedes, nosotros vamos a salvarnos, pero juntos”.

Un balotaje el 13 de abril está previsto si ninguno logra obtener el 40% de sufragios y una diferencia de al menos diez puntos sobre el rival más cercano.

Expertos cuestionan los escasos proyectos de los candidatos para enfrentar la peor crisis en medio siglo, con campañas plagadas de desinformación en redes sociales y el uso cada vez más sofisticado de la inteligencia artificial.

Un oficial militar da instrucciones a una mujer en un colegio electoral durante las elecciones presidenciales en Quito el 9 de febrero de 2025.

”Es un reality, una memecracia (…) y eso lo único que logra es que la gente se desconecte de la política (…) es una sociedad que ha bajado los brazos”, apunta el analista político Leonardo Laso.

Noboa termina un breve pero vertiginoso mandato: cortes de electricidad por una histórica sequía, disputas diplomáticas con México y denuncias de abusos de la fuerza pública en su ofensiva contra el crimen.

Además, el mandatario ha estado sumido en una disputa de larga data con su vicepresidenta, Verónica Abad, y la más reciente se basó en evitar tomarse una licencia para hacer campaña y así no dejarla a cargo.

Cuatro niños fueron asesinados y calcinados en Guayaquil (suroeste), en un caso que enloda a 16 militares.

Los ecuatorianos resienten los estragos de un Estado endeudado con una pobreza del 28% y concentrado en financiar la costosa guerra contra el narco.

Para el analista Laso, estos espectaculares operativos proyectan una imagen del país que espanta “toda posibilidad de inversión” y genera “un clima adverso a la generación de empleo”.

La deuda pública bordea el 57% del PIB, según el FMI.

El futuro de Ecuador es “desolador, sinceramente. Hay que votar con conciencia”, clama la estudiante Valentina Moncayo, de 18 años.

Agencias AP y AFP

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