En los últimos años, el Cártel de Sinaloa ha implementado una estrategia poco convencional para fortalecer su dominio en la producción de fentanilo, reclutando a estudiantes de química de universidades mexicanas. Este enfoque aprovecha las carencias económicas y la falta de oportunidades laborales para atraer a jóvenes con conocimientos técnicos avanzados, ofreciéndoles incentivos económicos y promesas de progreso personal.
Según el reportaje publicado por The New York Times, el cártel ha incrementado su presencia en instituciones educativas infiltrando personajes que se hacen pasar hasta por conserjes, identificando posibles reclutas directamente en las aulas. Un profesor de química entrevistado para el reportaje confirmó que algunos estudiantes asisten específicamente para adquirir habilidades útiles en la síntesis de drogas. “A veces en clase me preguntan: ‘Profe, ¿cuándo nos va a enseñar a hacer cocaína y otras cosas?’”, reveló.
La periodista Natalie Kitroeff, coautora del reportaje, explicó en entrevista con Radio Fórmula que el cártel investiga a fondo a sus prospectos, analizando sus relaciones familiares, sociales y académicas antes de hacerles una oferta. En algunos casos, incluso financian matrículas universitarias para asegurar la lealtad de los jóvenes.
Mientras tanto, en Estados Unidos, el fentanilo se ha convertido en el foco de una crisis de salud pública, con miles de muertes por sobredosis cada año. Las autoridades estadounidenses consideran al Cártel de Sinaloa como el principal proveedor de esta droga en el país.
En ese panorama, la decisión de integrar talento académico en las filas del cártel responde a cinco razones clave, que explican cómo y por qué estos jóvenes se han convertido en piezas cruciales para las operaciones del grupo criminal.
Razón 1: Incrementar la potencia del fentanilo
El cártel enfrenta un mercado competitivo, donde la calidad y potencia de las drogas determinan su éxito. Los estudiantes de química son contratados para liderar experimentos que hacen el fentanilo más fuerte, aumentando su efecto y atrayendo a más consumidores.
Un cocinero veterano explicó que, en el pasado, la producción se centraba en la cantidad, sacrificando la calidad. “Hubo una explosión de demanda, tan grande que al principio la gente quería ganar dinero, esos fabricantes producían lo que fuera sin importarles la calidad”, dijo un reclutador. Ahora, el cártel ve en la mejora de la potencia una oportunidad para dominar el mercado.
Razón 2: Sustituir precursores químicos importados
El cártel busca dejar de depender de insumos importados, principalmente de China, como los precursores necesarios para fabricar fentanilo. La pandemia de COVID-19 y las restricciones internacionales han dificultado el acceso a estos materiales, por lo que el desarrollo local se ha vuelto una prioridad estratégica.
Para sintetizar estos compuestos, el cártel necesita conocimientos técnicos avanzados. Según un estudiante reclutado, “nos estamos acercando, pero no está fácil”. El proceso requiere pruebas constantes y el manejo de técnicas químicas complejas, algo para lo cual los estudiantes son fundamentales.
Razón 3: Adaptarse a desafíos logísticos y económicos
La pandemia no solo afectó el suministro de precursores, sino también el acceso a mercados internacionales y rutas de distribución. Ante estas dificultades, el cártel ha recurrido a soluciones internas, incluyendo laboratorios de investigación clandestinos donde los estudiantes experimentan con nuevas formas de producción.
Un informe de inteligencia mexicana de 2020 filtrado por hackers reveló que el Cártel de Sinaloa ya estaba reclutando a profesores de química para entrenar a estudiantes en la creación de precursores. Según The New York Times, este esfuerzo continúa en marcha y es clave para hacer frente a la presión internacional.
Razón 4: Incorporar habilidades técnicas avanzadas
La producción de fentanilo se complica cada vez más a medida que el cártel busca optimizar procesos. Mientras que en el pasado las drogas podían producirse siguiendo “recetas” básicas, ahora el desarrollo de precursores y el aumento de la pureza del producto requieren habilidades técnicas avanzadas.
Los estudiantes de química aportan conocimientos teóricos y prácticos que superan a los de los cocineros tradicionales. Además, trabajan en condiciones riesgosas, enfrentando exposición a sustancias tóxicas y el peligro de errores fatales.
Razón 5: Garantizar discreción y compromiso
El perfil del reclutado no se limita al conocimiento técnico; el cártel busca jóvenes que sean discretos, comprometidos y capaces de manejar la presión de trabajar en condiciones extremas. Antes de hacer una oferta, los reclutadores investigan a los candidatos en profundidad, incluyendo sus entornos familiares, amistades y actividades diarias.
“Somos una empresa. Lo que hace una empresa es invertir en sus mejores perfiles”, dijo un reclutador al NYT. Incluso se han ofrecido a pagar matrículas universitarias para asegurar el acceso a los talentos más prometedores.