El corredor es uno de los más famosos de zona norte. Es uno de los pocos que cruza de la Panamericana al río y se encuentra en el límite de San Isidro y San Fernando. Hasta 2017, el tramo de 10 cuadras que se extiende desde Sucre -altura 3100- hasta el ramal Tigre solo tenía siete metros de ancho.
Hoy es una avenida de 13 metros con palmeras, buena señalización, iluminación led y una vereda, que gracias a una obra de ampliación cambió radicalmente la microzona convirtiéndola en imán de lugares gastronómicos, comercios y para un grupo desarrollador que la eligió para construir un emprendimiento inmobiliario que en su primera etapa demandará US$38.000.000.
“El corredor Uruguay hoy se convierte en uno de los sectores más demandados de zona norte”, comenta Iván de Achával, presidente de Achával Cornejo. “Esta calle ya es un boom y con el creciente blanqueo promete seguir creciendo a paso firme”, agrega el broker.
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Las propiedades ubicadas en el corredor defienden precios que oscilan entre los US$2500 y US$4000/m2 con proyectos que van desde townhouses, barrios cerrados, oficinas hasta edificios residenciales con departamentos premium. “Esta zona va a seguir creciendo. Este corredor es una de las arterias tal como Thames y Márquez que van desde panamericana hasta el río”, detalla Luciano Belli, un desarrollador inmobiliario y arquitecto de la zona, quien agrega: “En la zona se revalorizaron los grandes predios que se pueden destinar a emprendimientos”.
El cambio comenzó en Uruguay (al 3100) y Sucre, cuando la estación de servicio que se encontraba en esa esquina dejó de estar abandonada, se modernizó y ahora cuenta con un taller de boxes y una tienda típica de estación de servicio. A esta movida se suman los nuevos lugares gastronómicos, el desembarco de un gimnasio y de un tradicional resto sanisidrense llamado “Lo de Facu”.
Además, las cuadras recordadas por los vecinos por su estado de abandono en Uruguay (al 3500) y la calle La Rábida, ahora tomaron vida propia y funciona desde un supermercado barrial que le acerca a los vecinos la posibilidad de ir a comprar ahí sin la necesidad de usar el auto.
A esta nueva oferta se le suma la variedad de colegios y clubes que según Iván Achával le agregan “valor y calidad de vida” a los vecinos. Dentro de los colegios más conocidos del corredor Uruguay están: el Pilgrims College, Colegio San Esteban, Saint Mary of the Hills y el Southerns Cross. La zona también tiene reconocidos clubes como el Buenos Aires Cricket & Rugby Club, y cerca están el Club Atlético San Isidro (CASI) y el San Isidro Club (SIC).
Otro punto a tener en cuenta es el proceso de metamorfosis que atraviesan los barrios cerrados instalados en la zona desde hace más de 20 años: Las Victorias, El trébol, La Claridad, Los Aromos, Santa Clara y San Isidro Labrador, totalmente consolidados, donde las propiedades que son aproximadamente de 250 m² defienden precios cercanos a los US$450.000.
Más allá del desarrollo comercial lo que potencia el empuje inmobiliario de las zonas es la concreción de emprendimientos emblemáticos. De hecho, este fue el lugar elegido por la familia Vara, dueños de Piero y Los Rusoniello, para realizar el primer proyecto inmobiliario del grupo. Se trata de Bliss Bs. As., una ciudad vertical ubicada en donde funcionaba Molinos en un terreno a pocos metros de la Panamericana ramal Tigre.
Los desarrolladores ya la identifican como una ciudad vertical a solo 15 minutos de la ciudad de Buenos Aires que combina la naturaleza, el diseño vanguardista y la última tecnología de confort. El emprendimiento se desarrolla en un terreno de 9,5 hectáreas, con 23.000 m² destinados a espacios verdes con una laguna central de 12.000 m².
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La primera etapa de este desarrollo inmobiliario se entregará a mediados de 2025 e integra un edificio llamado Marina, que tiene dos módulos de 10 pisos conectados por una pileta puente en el último piso. Tendrá 265 unidades de entre dos y cuatro ambientes, además de un centro comercial de 1200 m², un gimnasio de 1500 m² que ocupa toda la planta baja de doble altura.
“Este es un proyecto que es autónomo en sí mismo, pero no deja de estar conectado a la ciudad. Es un modelo urbanístico que puede llegar a ser replicado. No es un proyecto aislado, sino que es una nueva visión urbanística”, sintetiza Fernando Sabatini, socio del MRA+A, el estudio de arquitectura que lo diseñó.
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Respecto a los valores de los departamentos en venta, Martín Maderna, CEO Bliss Bs. As, detalla que los precios un dos ambientes de 70 m² ronda los US$233.000, un tres ambientes de 105 m², se ofrece desde US$345.000, con opciones de US$450.000 para las unidades de 140 m².
Luego de la construcción del edificio Marina, Maderna explica que se proyecta otro edificio al que llamarán Crucero que tendrá departamentos de dos hasta cinco ambientes pensados tanto para jóvenes como para familiares que buscan espacios verdes, privacidad y luminosidad en un ambiente seguro. “Tendrá casi 120 unidades que van desde los 53,2 hasta las unidades townhouses con 5 ambientes de 219 m² mas 190 m² de jardín”, describe Maderna.
El emprendimiento diseñado por el arquitecto Mario Roberto Álvarez y Asociados se desarrollará por etapas y tendrá 11 edificios en tres tipologías residenciales: torres de 16 pisos; edificios de 9 pisos; y los que actualmente se encuentran en construcción que tienen 10 pisos con unidades de entre 70 y 150 metros cuadrados.
Maderna define al emprendimiento como una verdadera ciudad de 15 minutos, walkings distance, y -aseguran- está aislada de la Panamericana por un pulmón verde de cuatro hectáreas que disminuye el impacto sonoro, con distancias accesibles y servicios que van desde la educación, la salud y el ocio hasta micro movilidad con circulación de vehículos eléctricos, cargadores, seguridad y una senda aeróbica de dos kilómetros, además de un corredor de 1,8 kilómetros doble mano que bordea todo el barrio para que circulen los vehículos.
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Será una mini ciudad del futuro: con poca circulación de autos, cargadores eléctricos, áreas deportivas, una senda aeróbica lateral de dos kilómetros de extensión, un área comercial y la laguna que reutilizará el agua de lluvia para el riego de las plantas. “Estará totalmente terminada en ocho o diez años. Una vez finalizado, esperan que circulen 3500 personas por día e insisten que no habrá prácticamente movimiento de autos en la superficie, que interfieran con las sendas peatonales internas”, finaliza Maderna.
Efecto derrame
Fiel a una dinámica inmobiliaria, el fuerte desarrollo de una zona puede irradiar las zonas aledañas y convertirse en imán de otros proyectos diferentes. De hecho, a pocas cuadras, a 500 metros del ramal de Tigre se desarrolla un proyecto de US$16 millones de inversión que ocupa una manzana entera. Se trata de Bosco La Horqueta, a solo tres cuadras del centro de la zona caracterizada por tener construcciones bajas. Serán cuatro volúmenes de cuatro pisos: planta baja y tres, que se construirán en una única etapa.
“Tendrá un jardín central con una plaza seca de 1300 metros cuadrados con paisajismo de Bulla con árboles de hasta ocho metros de altura. Además todas las unidades son pasantes. Esto significa que de un lado dan al espacio verde interior del emprendimiento y del otro a la calle, lo que genera que sean muy luminosas y estén muy bien aireadas”, detalla Federico Canepa, fundador y director de Aria Desarrollos, que lleva adelante la obra diseñada por Smud & Zelcer arquitectos que se entregará a finales del 2026.
“Había una demanda para este tipo de emprendimientos que se integran con el espacio y conectan con la naturaleza”, agrega el desarrollador. Respecto a los precios, detalla que tendrá 60 unidades de entre 63 y 110 metros que se venden desde los UD$250.000.