David Lynch de la A a la Z: todos los nombres propios de su cine y su vida

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Ha fallecido uno de los directores más importantes de la historia del cine, uno de esos tótems indiscutibles que ha dejado una huella imborrable a través de una de las filmografías más apasionantes y ‘outsiders’ dentro de Hollywood.

Un artista total, un genio a veces incomprendido, poeta del subconsciente, moldeador de mundos que basculaban entre la luz y la oscuridad, entre la realidad y la pesadilla y autor de algunas de las obras maestras más inclasificables que se puedan imaginar que contribuyeron a establecer un punto de inflexión a la hora de configurar nuevos modos de narrar dentro del ‘establishment’. Repasamos algunos de los términos y nombres propios que han marcado su trayectoria:

A

Angelo Badalamenti

No se entienden algunos de los títulos fundamentales de David Lynch sin el acompañamiento musical de Angelo Badalamenti, responsable de buena parte de las melodías que han pasado a formar parte de la memoria colectiva, como el tema de inicio de Twin Peaks.

Comenzaron a colaborar a partir de Terciopelo azul y unión permaneció inalterable hasta Mullholand Drive. El compositor supo captar a la perfección las atmósferas de misterio y extrañeza en bandas sonoras que nos sumergen en paisajes sonoros oníricos y pesadillescos a través de la mezcla de diferentes texturas.

B

Barry Gifford

Escritor estadounidense influenciado por la Generación Beat cuyas novelas se caracterizaron por una violencia insana y un estado constante de febril locura psicodélica. Su obra La vida de Sailor y Lula sería la fuente de inspiración de David Lynch para su película Corazón salvaje. Más tarde, volvería a colaborar con el director en el guion de Carretera perdida.

C

Corazón salvaje

El principio de la década de los noventa se definió por la Palma de Oro concedida a esta película absolutamente rompedora (y arrolladora) que reintentaba el género de la road-movie para otorgarle una dimensión lisérgica. Un premio que desató la polémica aunque, más tarde Corazón salvaje sería considerada como una obra de culto. El director concibió una versión alternativa de El mago de Oz para contar la historia de Sailor y Lula, encarnados por Nicolas Cage y Laura Dern, siempre al borde del delirium tremens.

Laura Dern y Nicolas Cage como Sailor y Lula en 'Corazón salvaje'

D

Dune

Después de dos obras que marcaron el cine independiente de finales de los setenta y principios de los ochenta, el director se embarcó en una adaptación de la novela de Frank Herbet a través de una superproducción auspiciada por Dino de Laurentiis. La película se convirtió en un fracaso de taquilla y en uno de los pocos proyectos de los que el director renegaría. Cuando Denis Villaneuve estrenó su versión, Lynch aseguró que jamás la vería.

E

Eraserhead

Su primera película y en la que condensaría buena parte de sus rasgos de estilo. Una obra filmada en blanco y negro que se introducía en los caminos del cine experimental y de vanguardia que contaba la historia de un joven que sufría una serie de pesadillas que contribuían a distorsionar la realidad, un aspecto vertebral de buena parte de la filmografía ‘lynchiana’. Una película de terror absolutamente demencial que contenía imágenes que se quedaban para siempre incrustadas en el subconsciente y que entroncaba con algunas de las corrientes más radicales de la época (en especial la del bebé deforme), como las teorías de la nueva carne.

F

Filadelfia

El director se estableció allí en los años sesenta y según él mismo ha afirmado, esa ciudad industrial, ruinosa y decadente, con una de las mayores tasas de criminalidad de los Estados Unidos, se convertiría en fuente de inspiración para configurar su universo repleto de patologías congénitas. En esa época estableció amistad con los trabajadores del depósito de cadáveres, que lo invitaban a ver los cuerpos no identificados y que habían mostrado en su muerte signos de violencia. Un elemento macabro que incorporaría, al igual que la violencia como parte constitutiva del ser humano.

H

Harry Dean Stanton

Ya era un actor secundario consagrado que había trabajado con Sam Peckinpah, Monte Hellman, Ridley Scott, en Alien, Francis Ford Coppola o Wim Wenders en la mítica París, Texas, pero con David Lynch estableció una relación personal además de profesional. Estuvo presente en 6 de sus trabajos, desde el cortometraje El vaquero y el francés hasta la segunda tanda de episodios de Twin Peaks y juntos elaboraron sus personajes siniestros que dotaban de todavía más ambigüedad a las películas.

I

Isabella Rossellini

La hija de Ingrid Bergman y Roberto Rossellini (director al que Lynch admiraba profundamente) fue su pareja durante cuatro años, coincidiendo precisamente con su encuentro en Terciopelo azul, gracias a la que adquirió un aura mítica como ‘femme fatale’ dentro del cine negro contemporáneo con su papel de Dorothy.

Al parecer, en las fases de casting se acercó a ella para decirle que se parecía mucho a Ingrid Bergman y uno de sus amigos le dijo que era su hija. Su relación fue tormentosa y terminó después de Corazón salvaje, donde la actriz encarnaba a Perdita Durango, ya que el director le fue infiel con la ayudante de montaje, Mary Sweeney, con la que terminaría casándose. Fue para Rossellini un duro golpe porque, según afirmó, estaba muy enamorada y tuvo que ir a terapia para sobreponerse a la ruptura.

Isabella Rossellini en 'Terciopelo azul' (Photo by De Laurentiis Entertainment Group/Sunset Boulevard/Corbis via Getty Images)

J

John Ford

En buena parte de sus películas, David Lynch aparecía en algún momento como actor. En ese sentido, míticas son las escenas en Twin Peaks como agente del FBI. Sin embargo, una de sus últimas apariciones en la gran pantalla fue gracias a Steven Spielberg, que lo llamó para interpretar al director John Ford en algunas de las secuencias finales de la película ‘semi autobiográfica’ Los Fabelman.

Para Spielberg, fue una forma de unir en una sola persona a dos de sus ídolos. Aunque Lynch no estaba decidido a participar, se enamoro de la parte del guion en la que le enseñaba a un joven aprendiz de cineasta las trampas de la industria en un monólogo sobre el arte y la pintura de horizontes que fue de lo más aplaudido. Eso sí, una de sus condiciones para participar en el rodaje, fue que siempre hubiera una bolsa de Cheetos en su camerino.

K

Kyle MacLachlan

Fue su ‘alter-ego’ en innumerables ocasiones. La carrera del actor no hubiera sido lo mismo si no se hubiera encontrado con David Lynch, que lo reclutó para Dune como protagonista (en el papel que ahora ha encarnado Timothée Chalamet) y con el que también estableció un vínculo inseparable en Terciopelo azul y, sobre todo, como el agente Dale Cooper en Twin Peaks. De hecho, él mismo ha afirmado tras la muerte del director que le debe toda su carrera a él.

L

Laura Palmer

Si hay un personaje que ha quedado dentro de la memoria colectiva de la cultura popular, ese es el de Laura Palmer en Twin Peaks. Nunca se había hecho una serie que comenzara precisamente con el descubrimiento del cadáver de la protagonista, una estrategia narrativa con la que David Lynch revolucionó la ficción televisiva y convirtiéndose el “¿quién mató a Laura Palmer?”, en una de las frases emblemáticas de la pequeña pantalla. La actriz Sheryl Lee quedaría para siempre asociada a ese papel.

Sheryl Lee en 'Twin Peaks'

M

Meditación Transcendental (MT)

La técnica de meditación basada en la repetición de mantras que se convirtió en una de las prácticas que el director ha defendido desde que se inicio en ella en los años setenta. En 2005 fundó la David Lynch Foundation para ayudar económicamente a los estudiantes de las escuelas que quisieran adentrarse en esta disciplina que ayuda a fomentar la concentración y la consciencia y que también sirve de ayuda para las personas que han sufrido estrés postraumático. Ha sido uno de los embajadores más representativos de esta forma de relajación mental.

N

Naomi Watts

La actriz australiana llevaba años intentando hacerse un hueco en Hollywood sin conseguirlo hasta que fue reclutada por Lynch para protagonizar Mullholand Drive. En ella interpretaba a una aspirante a actriz, Betty Elms, que se alojará en un apartamento con su tía, donde conocerá a una enigmática mujer, Rita (Laura Harring). Una vuelta de tuerca a las películas clásicas de cine negro que se encarga de dinamitar cualquier lógica a su alrededor y que estaba repleta de vericuetos, de misterios y de versiones alternativas o paralelas. A partir de ese momento, Naomi Watts encontró su sitio dentro del ‘star system’ norteamericano.

O

Oscar

David Lynch nunca ganó un Oscar, aunque fue nominado en cuatro ocasiones. La primera, por partida doble, en 1981 por el guion de El hombre elefante, basada en la biografía de John Merrick y por la dirección de la película. En esta categoría aspiraría más tarde por otros dos de sus trabajos, Terciopelo azul y Mullholand Drive. En 2020 sería galardonado con el premio honorífico de la Academia de Hollywood.

P

Pesadillas

Esa fase del sueño que genera una respuesta de miedo, angustia o ansiedad y que puede provocar estados de pánico psicológico. Las pesadillas forman parte integral de las películas de David Lynch, de forma que incluso algunas de ellas se configuran como si nos encontraremos dentro de una de ellas. Por eso resulta común en sus obras que haya personajes que estén a medio camino entre la vigilia y el sueño, con figuras como los ‘doppelgangers’ y otros fenómenos irracionales que representan estados de disociación mental.

Q

Quinoa

En efecto, David Lynch también hacía vídeos de cocina en su canal y entre ellos, el más mítico es el que cocina una de sus recetas favoritas de quinoa.

R

Rebekah del Río

La cantautora estadounidense, que tiene un rango vocal de tres octavas (lo que quiere decir que era capaz de abarcar desde las notas más graves a las más agudas), tuvo una participación estelar en una de las escenas más icónicas de la película Mullholand Drive, en el Club Silencio, cantando una versión del clásico de Roy Orbision Crying, en este caso, Llorando, en español. Más tarde interpretaría la canción No Stars, coescrita con el propio Lynch para el décimo episodio de la continuación de la serie Twin Peaks en 2017, en la que también participó el músico Moby tocando la guitarra.

S

Surrealismo

La tendencia con la que siempre se le ha relacionado, un movimiento artístico surgido en la década de 1920 que se caracterizo por las imágenes de índole onírica e irracional, convirtiéndose André Breton en uno de sus máximos exponentes a la hora de plasmar la esencia de subconsciente. En materia cinematográfica, el español Luis Buñuel fue uno de sus grandes abanderados, aunque Lynch asegura no haber visto nunca nada de este director. Lo que está claro es que Lynch encontró en el surrealismo una forma de representar su universo a través de poderosa imaginación, hasta tal punto que se estableció un adjetivo ‘lynchiano’.

T

Terciopelo azul

Con esta obra daría un paso en su carrera que lo situaría como uno de los directores más importantes de su generación. Los primeros cinco minutos de esta película se convirtieron en una de las aperturas más importantes de la historia del cine. La historia surgió a partir de la canción Blue Velvet de Bobby Vinton, que le sugirió una serie de asociaciones mentales con una oreja cortada y un mirón clandestino. Así nos introduciría en las entrañas de una sociedad aparentemente idílica en la que no hay que rascar mucho para encontrar la podredumbre moral. Un puñetazo al sueño americano en clave ‘noir’ y repleta de personajes al margen que nos adentra en lo más oscuro del alma humana.

U

Una historia verdadera

En 1999 el director sorprendió cambiando de registro y componiendo por primera vez una película en la que no aparecían sus elementos habituales. Se trataba de la historia de un anciano, interpretado por Richard Farnsworth, que recorrerá una distancia de 500 kilómetros en una máquina cortacésped para visitar por última vez a su hermano, con el que se había enemistado hacía diez años. Una preciosa película crepuscular sobre el perdón y la muerte basada en la emoción de las cosas más simples.

'Una historia verdadera', de David Lynch

V

Vanguardia musical

Casi hasta el final de sus días, David Lynch compuso música, una pasión que formó parte de su vida y en la que se refugio cuando ya no podía hacer frente a un rodaje. Precisamente el año pasado presentó su último trabajo con la artista tejana Chrystabell. La extrañeza y la experimentación con los sonidos formó parte de su idiosincrasia musical, ya presente en la banda sonora de su ópera prima, Cabeza borradora y en sus colaboraciones con Angelo Badalamenti. Es tan difícil definir su música como sus películas, basadas en el elemento inaprensible.

W

What Did Jack Do?

Uno de sus últimos trabajos, un cortometraje de 2016 que sería estrenado en la plataforma de streaming Netflix en 2020 convirtiéndose en un autentico acontecimiento. La historia de un policia (encarnado por él mismo) que interroga a un mono sospechoso de asesinato que demostraba que el director contenía la misma potencia bizarra de sus primeros trabajos.

Y

YouTube

El director demostró estar siempre atento a las nuevas tecnologías a la hora de compartir sus experiencias creativas, por eso mantenía actualizado su canal de Youtube en el que había espacio para la más variada cantidad de propuestas y en la que destacaron sus pronósticos meteorológicos, en los que relacionaba el tiempo en la ciudad de Los Ángeles con diversas cuestiones de actualidad o de índole política, como la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

Z

Zen

Directamente relacionado con sus prácticas de meditación trascendental. Puede que el cine de Lynch fuera raro y oscuro, pero su naturaleza vital resultaba de lo más zen aunque, eso sí, nunca fue budista.

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