La Asociación de Reportes Gráficos de la República Argentina (Argra) se manifestó este jueves frente al Congreso para reclamar la renuncia de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, tras la agresión que sufrió el fotoperiodista Pablo Grillo cuando un casquillo de gas lacrimógeno disparado por un policía impactó sobre su cabeza. El hecho ocurrió ayer por la tarde durante la marcha impulsada por los jubilados, que fueron acompañados por hinchas, barras y militantes de izquierda y que terminó en fuertes enfrentamientos y con más de 120 detenidos.
Los reporteros de Argra se movilizaron junto con el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) y la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren) a la Plaza de los Dos Congresos, donde también se vio a diputados de izquierda y Unión por la Patria. Allí, levantaron sus cámaras mientras entonaron canciones en contra de la gestión libertaria. “Fuera, fuera, fuera”, cantaron.
Grillo sufrió el impacto del casquillo de gas lacrimógeno mientras trabajaba como fotógrafo independiente en la caótica manifestación que terminó con decenas de heridos. En los videos que se viralizaron en redes sociales, se ve al fotoperiodista agachado en la calle mientras intenta capturar los momentos del enfrentamiento. Entonces se escucha el sonido del lanzamiento del tubo de gas lacrimógeno, que impacta directamente en su cabeza. Grillo cayó al piso en ese instante. Con su cabeza con una grave herida y sangrando, fue trasladado al Hospital Ramos Mejía.
Esta mañana los gremios aseguraron que tomarán las acciones legales correspondientes para que el hecho “no quede impune”. “Dijimos que no queríamos otro Cabezas. No se atienen ni siquiera al protocolo que escribieron y que quieren hacer cumplir de mala manera”, comunicaron.
Allí reclamaron por la renuncia de Bullrich y aseguraron que ya tuvieron diálogo con el Gobierno para que paren las agresiones contra los reporteros: “Necesitamos tener libertad de prensa como dice la Constitución y no ser más lastimados, porque no es solo Pablo. Hace un año y medio que estamos hablando con autoridades de Seguridad pidiendo que no nos lastimen más. Necesitamos saber quién tiró [el casquillo de gas lacrimógeno] y que se vaya. Que se vaya Patricia Bullrich”.
“Vamos a arbitrar todos los medios necesarios para que esto sea efectivo. Necesitamos que los diputados, senadores, el Congreso active. Y, sobre todo, la Justicia porque todas las presentaciones que venimos haciendo caen en saco roto. Ni un fiscal ni un juez se hicieron cargo de la masacre que están haciendo”, apuntaron. Pidieron que Javier Milei separe a Bullrich del cargo y advirtieron que, si no lo hace, “lo harán responsable a él también de los delitos que comete”.
El miércoles a la noche Bullrich habló de Grillo como un “militante kirchnerista” en LN+. “Este periodista, que dice ser periodista, trabaja con Julián Álvarez en la Municipalidad de Lanús y antes estuvo en el Ministerio de Justicia cuando estaba Alberto Fernández”, afirmó. Aun así, el intendente desmintió sus dichos unas horas después.
“Mientras su familia, seres queridos y todo el pueblo argentino se encuentra profundamente conmovido por esta situación y a la espera de su recuperación, tenemos que escuchar a la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, a cargo del brutal operativo desplegado el día de hoy, declarando que Pablo se encuentra detenido y que además, como si eso importara, es trabajador municipal de Lanús. Ninguna de las dos cosas es cierta”, escribió Alvarez en X.
Por el momento, el pronóstico de Grillo es “reservado” y, según pudo averiguar LA NACION, se encuentra bajo efectos de sedantes, con asistencia respiratoria mecánica y con apoyo vasopresor, para mantener su presión arterial. También le realizaron una tomografía cerca del mediodía. Su padre, Fabián Grillo, indicó en diálogo con IP Noticias que su hijo tuvo una “leve mejoría” en algunas pruebas que le hicieron este jueves, pero que su situación sigue siendo grave.