Violencia política: Milei redobla la apuesta

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A diferencia del criptogate, ante el cual el Gobierno debió asumir una posición defensiva, Javier Milei manifiesta sentirse cómodo frente a los cuestionamientos que desde la oposición se le han formulado al accionar de las fuerzas de seguridad durante los violentos incidentes registrados el miércoles último en las inmediaciones del Congreso de la Nación. El Presidente redobló su apuesta frente al desafío y, a pesar de las críticas a la represión policial, no dudó en respaldar públicamente a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y en denunciar a los presuntos responsables de los hechos de violencia.

“Me gusta acelerar en las curvas”, expresó ayer Milei al exponer durante la muestra Expoagro, en San Nicolás, adonde concurrió con la ministra Bullrich en señal de apoyo a la tarea de las fuerzas federales que se enfrentaron con manifestantes que provocaron serios destrozos en la vía pública e incendiaron dos patrulleros, al cabo de una tensa jornada en la que se registró una veintena de heridos, entre los cuales lucha por su vida el fotógrafo Pablo Grillo, tras recibir en su cabeza el impacto de una cápsula de gas lacrimógeno lanzada por efectivos de la Gendarmería.

“El que las hace las paga. Los buenos son los de azul; los hijos de puta, los que andan con trapos en la cara. Los vamos a meter presos y vamos a defender la República. Porque no es que vienen contra mí, vienen por ustedes. Yo estoy en el medio”, afirmó el Presidente. Poco le importa que su ministra pudiera haber quedado atrapada por sus propias explicaciones, intentando persuadir a la opinión pública de que no hubo mala praxis en quien disparó la granada de gas que hirió de gravedad al referido fotógrafo. Para Milei todo es parte de una batalla cultural.

Un gesto de respaldo de Milei a Patricia Bullrich en Expoagro, luego de los graves incidentes en la Plaza del Congreso

El primer mandatario no deja de sentirse cómodo teniendo que justificar la acción de las fuerzas del orden. Está convencido de que la ciudadanía premiará en las urnas tanto su vocación por terminar con el déficit fiscal y la inflación como su afán por garantizar el orden público en las calles. Se halla persuadido de que la ciudadanía no le dará la espalda por enfrentarse con sectores tan mal vistos por la inmensa mayoría de la sociedad como los integrantes de las barras bravas del fútbol local, que en muchos casos no son otra cosa que asociaciones ilícitas al servicio de grupos políticos y sindicales, y vinculadas con negocios ilícitos.

Para el Gobierno está claro que la oposición no obtendrá rédito político alguno mientras su lucha contra las políticas del oficialismo quede, como en la reciente movilización, en manos de sectores violentos que son cuestionados por la amplia mayoría de la ciudadanía.

Recientes estudios de opinión pública sugieren, además, que la inseguridad ha comenzado a superar a la inflación entre las principales preocupaciones, por lo que la sociedad valora cada vez más la lucha contra la delincuencia y el orden en el espacio público, al tiempo que detesta las doctrinas abolicionistas o garantistas en materia penal. Ya lo puntualizó el propio Milei en la Asamblea Legislativa del 1° de marzo, cuando inauguró el presente período legislativo: “Ser tolerante con los delincuentes es castigar a las personas de bien”, expresó en medio de críticas al pensamiento zaffaroniano, que le adjudicó al gobernador bonaerense, Axel Kicillof.

No hay por ahora en las encuestas indicios concretos de que la oposición pueda estar capitalizando a su favor el apoyo que el oficialismo estaría perdiendo

El combate contra la inseguridad, la elevación de las penas y la disminución de la edad de imputabilidad son los caballitos de batalla del oficialismo para frenar a Kicillof y al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires de cara a la contienda electoral del 26 de octubre próximo, en la que se renovará la mitad de la Cámara de Diputados de la Nación y un tercio del Senado.

Algunas encuestas dan cuenta de una caída de la imagen positiva de Milei en el último mes, a partir del escándalo por la criptoestafa. Sin embargo, no hay por ahora indicios concretos en esos relevamientos de que la oposición pueda estar capitalizando a su favor el apoyo que el oficialismo estaría perdiendo.

Con todo, no se trata simplemente de ver la fotografía de la realidad política presente, sino de predecir la evolución de la situación. En tal sentido, surgen al menos tres desafíos para el gobierno de Milei:

  • La posible escalada de protestas, a partir de la anunciada convocatoria de la conducción de la CGT a un paro de actividades hacia el 10 de abril y la probabilidad de un consecuente desgaste del Presidente.
  • La necesidad de renovadas señales que brinden confianza a los mercados y a los inversores, empezando por la concreción de un acuerdo con el FMI que no encuentre obstáculos en el Poder Legislativo.
  • El armado de las listas de candidatos a cargos electivos para las próximas elecciones nacionales. Dentro de esta cuestión, no será menor la posición que se adopte ante Pro a la hora de sellar una alianza electoral o no hacerlo, con el riesgo de potenciar las chances de una victoria kirchnerista en la provincia de Buenos Aires.

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