Tiene 52 años, dio a luz a su propia nieta y le cumplió el sueño a su hija

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La maternidad puede llegar de maneras inesperadas, y para Kristi Schmidt, de 52 años, ese camino la llevó a convertirse en madre sustituta de su propia nieta. Su decisión nació de un profundo deseo de ayudar a su hija, Heidi Lampros, quien, tras años de intentos y una dura pérdida, no podía concebir de manera segura.

Heidi siempre soñó con ser madre. Desde adolescente tenía claro que quería formar una familia y, al casarse con John, en 2015, ese deseo se hizo más fuerte. Sin embargo, después de varios años de intentos fallidos, la preocupación se hizo presente.

Lo intentamos durante años y, a medida que pasaba el tiempo, mi entusiasmo se transformó en tristeza y preocupación. Mamá intentó tranquilizarme, pero a mi alrededor todos mis amigos estaban teniendo bebés, ¿cuándo sería nuestro turno?”, recordó en una entrevista a The Guardian.

Kristi Schmidt ayudó a su hija, Heidi, a traer a su primer hijo y nieto al mundo

Cuando finalmente logró quedar embarazada, en 2020, la alegría se convirtió en incertidumbre durante su primera ecografía. Los médicos descubrieron que Heidi tenía útero didelfo, una rara condición que implica la presencia de dos úteros.

Lo aún más sorprendente fue que cada uno de esos úteros albergaba un bebé. “Es increíblemente raro y solo le ocurre a una de cada tres millones de personas”, dijo. Sin embargo, la felicidad se tornó en tragedia. A las diez semanas, uno de los bebés dejó de tener latidos. Luego, a las 24 semanas, Heidi recibió la devastadora noticia de que su otro hijo tampoco sobreviviría. “Me quedé destrozada y, como ya estaba tan avanzado, tuve que sacarlo al nacer, un niño al que llamamos Malakai”, lamentó.

Tras la pérdida, los médicos le advirtieron que un nuevo embarazo sería demasiado riesgoso. “Mi médico dijo que podía quedar embarazada nuevamente, pero que no debería intentarlo. Sería demasiado peligroso”, contó la mujer. En medio de la desesperanza, encontró una alternativa: la fecundación in vitro y la gestación subrogada.

Ser madre era uno de los grandes sueños de Heidi

Cuando Kristi escuchó esa opción, supo de inmediato que ella podía ser la persona indicada. “Supe inmediatamente que sería su madre sustituta”, dijo. Ella quería asegurarse de que su hija pudiera cumplir su sueño sin los riesgos de un embarazo complicado. “Heidi necesitaba a alguien que cuidara el embrión que ella y John crearían. ¿Quién mejor que la propia abuela del bebé para hacerlo?”, afirmó.

Aunque la joven tenía sus reservas por la edad de su madre, Kristi se sentía en condiciones óptimas para asumir el desafío. “Como maestra jubilada tuve tiempo para cuidarme”, contó. Su determinación era clara: “Y seguramente era mejor para mí llevar a su bebé en mi vientre que una extraña”.

El esposo de Kristi, Ray, apoyó la decisión desde el primer momento. “Ray no dudó cuando escuchó mi oferta por Heidi, simplemente sonrió y dijo: ‘¡Vamos!’”, agregó la feliz abuela. Sin embargo, el proceso médico fue largo. Kristi pasó por rigurosas pruebas para confirmar que su cuerpo podía soportar un embarazo a su edad. Una vez aprobada, iniciaron el tratamiento.

El nombre elegido para la niña fue Ekko

Durante meses, ambas mujeres enfrentaron los tratamientos hormonales necesarios. “Seis meses después, cuando nuestros cinco embriones estaban a salvo en el congelador de la clínica, fue mi turno de sostener la aguja”, recordó Heidi sobre el momento en que cambió su vida para siempre.

Llegó el día de la transferencia embrionaria. Kristi recuerda el momento con emoción: “Mis ojos estaban firmemente fijados en el rostro esperanzado y emocionado de Heidi. Le prometí en silencio que tendría este bebé en sus brazos en nueve meses”. Poco después, una prueba de embarazo confirmó la noticia. “¡Voy a tener un bebé a los 52!”, dijo Kristi, en ese entonces, entre lágrimas de alegría.

A pesar de su edad, vivió un embarazo sin complicaciones. “Todo volvió a mí de golpe”, admitió. Aunque algunas personas cuestionaron su decisión, ella tenía claro su papel. “No tuve nada que ver con la concepción de este bebé. Soy simplemente un lugar seguro para que mi nieto crezca”, explicó.

Por otro lado, Heidi no pudo evitar la ansiedad y temió que algo pudiera salir mal. “Mi madre me mantuvo informada constantemente y estuve presente en cada examen y cita”, afirmó. Pero no fue hasta el baby shower que realmente creyó que su sueño de ser madre se haría realidad. “Todo gracias a mi increíble madre”, aseguró.

En marzo de 2022, Kristi dio a luz por cesárea a su nieta, Ekko Joy, con Heidi a su lado. “Mi increíble nieta fue entregada directamente a Heidi, exactamente como lo habíamos planeado, y yo estaba muy feliz”, contó Kristi sobre aquel mágico momento. Para Heidi, sostener a su hija por primera vez fue indescriptible: “Cuando la abracé, sentí que cobraba vida. Después de todo el desamor, la tristeza y la ansiedad, finalmente estaba aquí. Nunca he sentido un amor así”.

Kristi, por su parte, nunca se sintió la madre de la niña. “Amaba al bebé que crecía dentro de mí, pero yo solo era una niñera amorosa, una abuela en espera”, argumentó sobre su posición. Ahora, con tres años de edad, Ekko es una nena feliz y activa. Su relación con su abuela es especial y fuerte. “Las tres pasamos muchísimo tiempo juntas”, remarcó Kristi.

Para ella, no se trató de un sacrificio, sino de un acto de amor: “No necesito que me agradezcan lo que hice. Fue un honor ayudar a sanar el corazón de Heidi y convertirla en madre”.

Autor: Camila Sánchez Fajardo

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