Todo el encanto de una casa con barranca de los años 70 en Punta Chica

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Ella, politóloga; él, dedicado a la tecnología. Totalmente ajenos al rubro arqui, esta pareja emprendió la reforma de su nueva casa con un hijo en camino. Una vista rápida basta para deducir qué los cautivó de la propiedad, a pesar de que había mucho trabajo por delante. Después de un año completo de obra (a cargo del arquitecto Mario Goldman) se mudaron y, para mayor emoción, llegaron sin nada, dispuestos a crear un mundo propio en este vértice de la Zona Norte donde se mezclan los ríos.

Las ventanas corresponden al comedor, que avanzó sobre lo que originalmente era un jardín de invierno.

Los escalones que acompañan la pendiente se hicieron con dimensiones que permiten usarlos como un silloncito al sol.

Implantada en la barranca, la construcción se eleva varios metros sobre el nivel de la calle y queda rodeada por las copas de los árboles.

Una reforma que amplió el área social

Sobre la mesa, esculturas de la serie “Ajedrez”, de Valeria Budassof. En el piso, “Zorro Enmascarado”, de David Klauser.

“Hay varios mapas por la casa: nos gustan porque te trasladan, te traen recuerdos, activan planes”, comparte el dueño

Del otro lado del living y dos escalones más abajo, el comedor tiene sillas con esterilla y mesa de madera (Landmark). Daguerrotipo políptico de un mapa histórico de París (Harturo).

La casa original era de estilo mediterráneo, con arcadas y aberturas circulares. Además de modernizarla, la obra duplicó los metros del living y del comedor.

La mesita (Eugenio Aguirre) se abre para que sea más cómodo apoyar vajilla desde los sillones. Alfombra (Mihran). Sillones de estilo (Estudio V).

Práctico y con look cementicio, toda la planta baja tiene el mismo porcelanato italiano.

El hall de entrada recibe con una carbonilla y un mueble de hierro con antiguos libros de historia argentina. A la vuelta, ya en la espalda del living, espejo circular y banco de piel (todo de Harturo).

Cocina country

Mesa hecha a medida, sillas ‘DSW Eames’ y lámpara de techo (Indelec). La cocina lineal tiene mesadas de granito y amoblamiento estilo country de madera laqueada. Alfombra vinílica (Mihran).

“Además de que me encanta cocinar, el espacio es soñado. Cuando te levantás, al ratito de salir el sol, la cocina es pura luz”, dice Lucas

El sector privado

El playroom está equipado con una mesa de hierro y madera, puf de tela, sillón en L (Landmark) con almohadones y manta (todo de Cas a Cas).El baño de la suite se hizo en una ampliación del primer piso. En el dormitorio principal, respaldo forrado en tela (Ramos Generales), mesa de luz y velador (todo de Eugenio Aguirre).

Reducto de trabajo

El espacio de trabajo de Lucas está en planta alta, y se distingue por su bay window.

“La altura es óptima: en verano no se ve nada alrededor más que las copas de los árboles. No hay rincón, afuera o adentro, donde puedas ver una casa vecina”.

El declive se aprovechó para generar un quincho con un clima muy especial. Semienterrado, el espacio es un refugio de frescura para los almuerzos veraniegos.

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