El Gobierno se reunió con los aliados pero sigue de cerca al PJ: los últimos sondeos entre la terminal de Milei y la de Cristina

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Pese a que las “reuniones preparatorias” que el Gobierno organizó para encarar a las sesiones extraordinarias tuvieron como contraparte a los bloques amigables (Pro, la UCR y otras bancadas minoritarias), los laderos de Javier Milei tienen a su cabeza puesta en el peronismo. El oficialismo necesita los votos de los bloques de Unión por la Patria para los dos asuntos del temario que más le interesan: la reforma política (que incluye la eliminación de las PASO y un nuevo esquema de financiamiento electoral) y los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para completar la Corte Suprema.

El otro tema potente que integra la agenda de las extraordinarias es el proyecto de “ficha limpia” que impide que se presenten a los comicios las personas con condena confirmada en segunda instancia, siempre que el fallo sea previo al año electoral. La duda que sobrevuela a las negociaciones es si esta iniciativa -que para el kirchnerismo es un intento de proscripción de Cristina Kirchner- puede embarrar el resto de las negociaciones. En la Casa Rosada creen que “no va a incidir” en la actitud del peronismo para los demás proyectos.

Las suposiciones que hacen en el entorno de Milei son correctas. De mínima, están basadas en buena información. Es que, en la cúpula del peronismo, pese a que machacan con que el proyecto de “ficha limpia” es “un intento por sacar a Cristina de la cancha” y una “aberración”, no condicionan su apoyo al resto de las iniciativas. “Va por otro andarivel”, dijo a LA NACION un importantísimo colaborador del kirchnerismo.

Esta semana, Cristina volverá a instalarse en Capital Federal, después de su estadía veraniega en las playas de Sauce Grande, en el sur bonaerense. La expresidenta, según señalan cerca suyo, se moverá entre su departamento porteño, el Instituto Patria (su oficina habitual) y la sede del PJ de Matheu 130, un lugar que nunca la tuvo como visitante frecuente pero que ahora cobra otra simbología, con ella como presidenta del partido. Allí, se espera, mantendrá reuniones con referentes territoriales y con sus enlaces con el Congreso. Estos son el jefe del bloque de Unión por la Patria en Diputados, Germán Martínez (con él ya se vio en la primera semana de enero); su par en el Senado, José Mayans y dos diputadas que vienen cosechando opiniones sobre la idea de eliminar las PASO: Paula Penacca (de La Cámpora) y Cecilia Moreau (una legisladora del Frente Renovador de excelente vínculo con el kirchnerismo).

Cerca de Cristina no quieren adelantar una posición sobre las PASO. No quieren dar ventaja y esperan a que las cartas estén echadas en el Congreso. Las PASO, en definitiva, fueron una herramienta que el kirchnerismo creó después de la derrota de Néstor Kirchner en 2009 y que el peronismo, verticalista, aprovechó muchísimo menos que el espectro que supo integrar Juntos por el Cambio, más atomizado.

Cristina, en tanto, tiene un frente abierto con Axel Kicillof, que amaga con desdoblar las elecciones provinciales. Esa decisión lo enfrenta a la titular del PJ, que no quiere que Kicillof y los intendentes le quiten el cuerpo a la campaña para los cargos nacionales.

Guillermo Francos reunión con senadores dialoguistas.

En el Gobierno olfatean que el peronismo ve en la iniciativa libertaria la oportunidad de deshacerse de una herramienta electoral que le sirve de poco. En la Casa Rosada ya tienen líneas abiertas con las terminales de Unión por la Patria en el Congreso: el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, conversó tanto con Martínez como con Mayans al menos una vez desde en lo que va de enero.

Lo que puede generar más conflictos con el peronismo -creen cerca de Milei- es el tramo del proyecto que modifica el financiamiento de las campañas electorales. La iniciativa del Gobierno plantea que se elimine el aporte extraordinario del Estado y que se supriman los topes de los aportes privados. Esto, según los sondeos del Gobierno, es lo que genera más cuestionamientos en la terminal peronista.

Por tratarse de una modificación electoral, el proyecto necesita mayorías absolutas, la mitad más uno de los miembros de las Cámaras.

Jueces de la Corte

Cristina Fernández de Kirchner y Alejandro Dichiara

Los pliegos para completar la Corte Suprema fueron motivo de conversación entre los laderos del Presidente y las espadas judiciales de Cristina Kirchner durante todo el segundo semestre de 2024. Hubo tanteos, “cuartos intermedios” por diferencias que parecían irreconciliables y nuevos intercambios, en un minué que terminó sin que el Gobierno pudiera destrabar una estrategia para que ambos candidatos (Lijo y García-Mansilla) consigan el acuerdo del Senado.

La última intentona, según pudo reconstruir LA NACION, data de diciembre. En ese momento, el Gobierno amenazó con nombrar a ambos jueces vía decreto y los teléfonos de ambas terminales se reactivaron. Esas últimas tratativas habrían terminado con una larga charla entre los hombres del Presidente (allí se cuentan Santiago Caputo como estratega judicial del Gobierno y su lugarteniente, el viceministro de Justicia, Sebastián Amerio) y los emisarios de la exmandataria. Dicen que la conversación fue en excelentes términos y que no hubo golpes bajos. Pero tampoco soluciones.

Santiago Caputo en la cena de CPAC

Ninguna de las dos partes cedió en sus posturas, porque en el Instituto Patria no quieren votar a García-Mansilla y en la Casa Rosada no quieren ni bajar al catedrático ni lanzarse a la aventura de ampliar la Corte antes de tratar a los dos candidatos que eligió Milei. “Muchos senadores no quieren votar a García-Mansilla, es demasiado conservador. El Gobierno debería buscar otro perfil, algo más intermedio”, comentó una figura clave del peronismo.

En Balcarce 50 están convencidos de que Lijo ya cosechó los apoyos para conseguir acuerdo (necesita los votos de los dos tercios de los presentes en la sesión) pero que García-Mansilla no corre con la misma suerte. Apuestan a que el escenario político y los incentivos cambien en el momento en el que, eventualmente, el juez federal pase la prueba. “Ahí vamos a tener la mitad del trabajo hecho y el escenario va a ser otro”, dicen en la sede de gobierno. En caso de que García-Mansilla quede en el camino, aseguran, avanzarán por decreto con su pliego.

Mayans, ya pasó un mensaje para transmitir que Unión por la Patria no va a ayudar a que salgan ambos pliegos juntos, como pretende la Casa Rosada. “El pliego de Lijo puede tener los números para el dictamen, pero sigue sin acuerdo porque nosotros le dijimos claro al Gobierno que pretendemos que se nomine a la Corte a una persona que tenga nuestra visión del Estado”, advirtió.

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