La Policía de Corea del Sur detuvo en su domicilio al presidente Yoon Suk Yeol, quien había sido suspendido de su cargo por una moción de destitución del Parlamento tras su breve imposición de la ley marcial el 3 de diciembre, acusando a la oposición de llevar a cabo una agenda legislativa “antiestatal”.
En un mensaje de video grabado antes de ser escoltado a la sede de una agencia anticorrupción, Yoon lamentó que “el estado de derecho haya colapsado completamente en el país”, y señaló que estaba cumpliendo con la orden de detención para evitar enfrentamientos entre los agentes policiales y el servicio de seguridad presidencial.
A través de diferentes imágenes de televisión, se alcanzó a ver el momento en el que el mandatario era trasladado a bordo de camionetas SUV negras, algunas equipadas con sirenas, saliendo del complejo presidencial acompañadas por escoltas policiales.
Yoon fue trasladado desde la residencia de Hannam-dong en la capital, Seúl, hasta la Oficina de Investigación de Corrupción para Funcionarios de Alto Rango en la ciudad de Gwacheon.
La detención de Yoon se dio tres horas después de que cientos de policías ingresaron al complejo residencial y en su segundo intento de detenerlo tras el fallido del 3 de enero. Antes, los abogados intentaron persuadir a los investigadores de no ejecutar la orden judicial, diciendo que el presidente se presentaría voluntariamente para ser interrogado, pero la agencia declinó y procedió a ponerlo bajo custodia.
Según informaron medios locales, Yoon no puso resistencia, así como tampoco las fuerzas de seguridad presidenciales y no hubo reportes de que se hubieran producido graves enfrentamientos. Aunque sí hubo algunos forcejos con simpatizantes del líder conservador y diputados que habían acudido al lugar.
En la residencia se había redoblado la seguridad con alambres de púas en el recinto y bloqueos en algunas rutas de acceso con barricadas de autobuses.
Ante esta situación, la policía decidió no llevar armas de fuego y limitarse a llevar chalecos antibalas en caso de graves enfrentamientos con la guardia presidencial, señalaron los medios locales.
La orden judicial vigente permite su retención por un máximo de 48 horas. Para mantenerlo bajo custodia, los investigadores deberían solicitar una nueva autorización de la justicia.
El equipo legal de Yoon había alegado en todo momento que la orden de captura era ilegal y que la oficina anticorrupción no tenía legitimidad para investigarlo.
No obstante, la principal formación de oposición en Corea del Sur, el Partido Democrático, afirmó que el arresto es “el primer paso hacia la restauración del orden constitucional, la democracia y el Estado de derecho”.
El presidente también se enfrenta a un juicio iniciado el martes en el Tribunal Constitucional, que debe decidir si ratifica o no la moción de destitución aprobada por el Parlamento.
El mandatario justificó su declaración de ley marcial del 3 de diciembre como un acto legítimo de gobernanza contra una oposición “antiestatal” que emplea su mayoría legislativa para frustrar su agenda.
Con información de AFP y AP.